Hace unos días tuve ocasión de ver un vídeo del médico Alonso Puig, especialista en cirugía general y digestiva. En él el doctor señala varios aspectos muy interesantes relacionados con la educación y las relaciones entre el profesorado y el alumnado:
“La educación puede cambiar una vida”.
“El profesor enseña una asignatura, el maestro además da claves para vivir”.
“En todo ser humano hay grandeza, hay potencial”.
“Es importante tener la disposición de crear espacios de oportunidad”.
Tanto si el término “educación» procede del latín “ducere” y quiere decir “guiar”, “conducir”, “orientar”, como si proviene de “exducere”, es decir, “sacar de dentro”, es conveniente recordar que nuestro trabajo no consiste únicamente en realizar nuestras rutinas diarias: pasar lista, anotar si están o no hechos los deberes, explicar y corregir actividades. No, el trabajo con nuestros alumnos va mucho, muchísimo más allá: escuchamos sus preocupaciones, potenciamos sus ilusiones, tranquilizamos sus ansiedades, les damos confianza, les animamos a perseguir sus sueños y calmamos sus miedos. En fin, les acompañamos en un periodo de sus vidas, la adolescencia, cargado de emociones y sentimientos encontrados: momentos de rebeldía, apatía y desobediencia que se mezclan con otros llenos de vulnerabilidad, incertidumbre e inseguridad. Y todo ello, salpicado de sueños e ilusiones futuros. Niños que quieren ser adultos, pero sin dejar de ser niños.
Casualmente, estos días, mis alumnos de 2º ESO andaban realizando una tarea creativa que consistía en escribir una “Carta a su yo del futuro». La actividad de corrección, que en la mayoría de las ocasiones resulta árida, tediosa y se reduce a calificar con una nota, en este caso me ofreció la oportunidad de conocerlos desde una perspectiva más íntima, emotiva y personal.
Mientras realizaba mi trabajo las palabras del doctor Alonso Puig y la historia que relataba de Benjamin Franklin, cuyo maestro le ayudó a “recuperar la confianza en sí mismo”, resonaban en mi cabeza: “Creyó que era posible aprender, creyó en sí mismo. Hizo realidad su sueño, ser médico y se convirtió en el mejor neurocirujano de la historia”.
¿Y mis alumnos? ¿Se cumplirán sus sueños? ¿Estarán entre ellos los futuros médicos, maestros, electricistas, abogados, cocineros, veterinarios, mecánicos o informáticos? Sus cartas están cargadas de sueños e ilusiones; pero también de miedos y preocupaciones. Comparto con vosotros algunos de sus pensamientos:
Deseos, ilusiones, sueños y objetivos futuros:
- Ojalá trabaje en algo que me haga feliz y me permita ser económicamente independiente. I.S.
- Espero poder ayudar a mi madre, se lo prometí. Espero no fallarme a mí mismo. C.F.
- Ojalá seas profesor y tengas tu parcela con dos perros pastores alemanes. J.G.
- Me gustaría conseguir mis objetivos de la mano de mi familia, ya que no me imagino mi vida sin ellos. I.S.
- Me encantaría haber ido a Nueva York. M.R.
- Ojalá hayas conseguido el B2 de inglés y poder ser ingeniero electrónico. J.G.
- Ojalá hayas hecho el grado de electricidad y puedas trabajar para sacar a mamá adelante. D.M.
- Mi sueño es ser profesora de inglés y tener una Ducati roja. M.G.
- Me gustaría que hubieras podido viajar a Italia y a Grecia, ya que lo llevas soñando mucho tiempo. M.G.
Preocupaciones y miedos:
- Mis preocupaciones son que Crispina y Turco se vayan de mi vida. M.G.
- Me preocupa mi perro porque está ya mayor. I.C.
- Mi preocupación ahora es sacar buenas notas para tener un buen futuro. I.M.
- Mi mayor miedo es no llegar a ser lo que quiero. F.G.
- Uno de mis mayores miedos es que no hagamos lo que nos gusta en el futuro. F.G.
- Me da miedo suspender. P.S.
Consejos:
- Deberías relajarte en los exámenes porque te podría costar la salud. Disfruta del presente y no te preocupes tanto por el futuro. M.G.
- Aprende a controlar tus impulsos y no seas tan tímida. M.E.
- Échale cuenta a tu padre que te va a dar buenos consejos. J.G.
- Recuerda ser feliz y buscar lo mejor para todos. Hakuna matata, vive y sé feliz. R. M.
- No te preocupes por cosas que no tienen importancia, cuida de tu familia y disfruta de los momentos felices. R.M.
Recordatorios:
- Te obligo a que viajes, disfrutes y descubras qué es el amor. J.L.
- Recuerda honrar la memoria de la abuela. A.L.
- Recuerda que los problemas tienen soluciones y no abandones algo si tropiezas. Un saludo especial para los abuelos. No olvides demostrarles que les quieres, porque te cuidan y te quieren mucho. R. M.
- Aprovecha todo el tiempo que puedas y pásalo con la familia. J.L.
- No olvides que no debes malgastar tu tiempo. P.S.
- Recuerda que la familia es lo más importante. Desgraciadamente los seres queridos no duran para siempre. P.G.
- Lo mejor está por venir. M. M.
Para finalizar me gustaría recordar una cita de Ortega y Gasset:
“Esto muestra que el modo de ser de la vida ni siquiera como simple existencia es ser ya, puesto que lo único que no es dado y que hay cuando hay vida humana es tener que hacérsela, cada cual la suya. La vida es un gerundio y no un participio: un faciendum y no un factum. La vida es quehacer”.
Ortega y Gasset, J. Historia como Sistema. Vol. VI, págs. 32-33. Obras Completas. Revista de Occidente, Madrid, 1983.
A mis alumnos y alumnas
Vuestros deseos son también los míos. Ojalá se cumplan vuestros sueños y recordad recorrer el camino con ilusión. Al leer vuestras cartas puedo ver quiénes sois y quiénes queréis llegar a ser. A por ello. Recordad: “La vida es un gerundio, no un participio”.
A continuación muestro algunas presentaciones de los trabajos que han realizado mis alumnos. Es una pequeñísima selección que me gustaría compartir:











Elena Pérez Ornia (Profesora de Lengua castellana y Literatura)