Publicamos a continuación los discursos pronunciados durante el Acto de Graduación del presente curso.

Intervención en el Acto de graduación de 4º de ESO y ESPA.

Buenas tardes, alumnos y alumnas de 4º ESO y ESPA, familias,tutores y tutoras, profesores y profesoras. Bienvenidos a todos a este acto con el que finaliza esta primera etapa de formación en el Monroy y que os animamos a continuar en esta vuestra casa.

Nos reunimos aquí en esta tarde de calores, afuera (ya lo habréis comprobado, el verano ha llegado con fuerza) y aquí dentro también, pero es una calidez distinta, la de las emociones del final de una etapa y, sobre todo, y no lo olvidéis, el comienzo de otra.

Y frente a este calor… qué mejor que refrescarnos, metafóricamente, con el agua, con el agua de este río tan cercano y que da nombre a este auditorio: Riberas del Guadaira.

Comenzasteis todos, tanto en ESO y la ESPA, como unos hilos de agua, como proyectos de río, y a lo largo de los cursos habéis aumentado vuestro caudal de no solo conocimientos, sino también de sentimientos, valores, emociones… Ahora estáis aquí, todos y todas, como ríos pletóricos cargados de todas esas cosas buenas que habéis ido atesorando en estos cursos (aprendizajes, amistad, confianza..). Ahora esos sedimentos van a desembocar en otra gran corriente de agua en la que os váis a convertir. Esos sedimentos, como el limo del Nilo (río en torno al que se desarrolló la antigua civilización egipcia), son nutrientes muy valiosos, más de lo que creen muchos. Esa ESO y esa ESPA es el limo del cual crecerán
vuestros proyectos profesionales y vitales que vendrán. Sed cuidadosos, mimad esos tiernos brotes que la Educación Básica os ha proporcionado. Para ello tenéis la ayuda de vuestros profesoras
y profesores, que han sido el cauce de este río metafórico del que estamos hablando. El profesorado os ha puesto límites porque sí, los límites son necesarios para vuestro crecimiento personal, también
os lo ponen vuestros padres. ¿A caso las macetas no son límites necesarios para que crezcan en nuestras casas las plantas que tanto nos alegran? Esos límites, ese cauce es necesario para evitar el desbordamiento de esos ríos impetuosos que sois cuando comenzáis; recordad cómo llegasteis hace cuatro años a 1o de ESO, una corriente sin un cauce aún definido, que va modificando su recorrido hasta encontrar su curso creciendo y trazando con su caudal un largo recorrido: el de vuestras vidas. De esta forma ahora ese ímpetu sigue, por supuesto, pero más sereno, más creativo, más generoso con los demás.

El recorrido a veces ha sido difícil (hay meandros y piedras que tenéis que sortear), no hay que negarlo, pero al final estamos aquí hoy todos, en esta gran desembocadura donde todas esas corrientes que sois cada uno de vosotros y vosotras se reconocen orgullosas frente a un mar abierto de casi infinitas posibilidades.

Para que lo visualicéis en una estampa muy veraniega (que para eso estamos al borde de las vacaciones): estamos como en la desembocadura del Guadalquivir, entre Doñana y Sanlúcar.

Y con esta idea de llegada y a la vez de comienzo, quiero que nos quedemos hoy todos, alumnado, familias y profesorado. Está todo por hacer, queda mucho mar por recorrer, no temáis, y citando al que
fue presidente norteamericano, en una de las etapas más difíciles de la historia de su país, “no tengáis más miedo que al propio miedo”. Espero que, al menos, todo este acto de graduación os sea tan refrescante como esos ríos que habéis …. y que seguiréis siendo.

Así, acompañados de quienes han participado en la regulación de vuestros caudales: profesores y profesoras, personal de administración y servicios y, muy importante, vuestras familias, os felicitamos por vuestro crecimiento personal que, no lo olvidéis, es el inicio de un largo recorrido en el que una de vuestras etapas ha sido y puede seguir siendo el Monroy.

¡Enhorabuena!

Intervención en el Acto de graduación de 2º Bachillerato y 2º Ciclos.

Buenas tardes, queridos alumnos y alumnas de 2º de Bachillerato y 2º de Ciclos Formativos de las Familias Profesionales de Comercio y Marketing e Informática, acompañados por vuestras familias, tutores
y tutoras, profesores y profesoras. Bienvenidos a todos a este acto de graduación por vuestra etapa de formación en el Monroy.

Victor Küppers, doctor y profesor universitario en Humanidades y Administración y Dirección de Empresas dice “Que nadie se acerque a ti sin que al irse se sienta un poco mejor y más feliz”, así define una persona espectacular. Un año más, el Monroy le dice adiós a quienes os habéis acercado a la gran familia que conformamos este centro y creedme, vosotros y vosotras sois personas espectaculares. Sabéis por qué: porque sois buenas personas. Y no hay nada más grande a lo que aspirar en la vida que ser buena persona. Y nada más gratificante.

Con cada promoción que finaliza sus estudios, quienes nos hemos acercado y hemos tenido la suerte de participar en vuestra formación (profesorado, personal de administración y servicios y equipo directivo) nos hacéis, precisamente por ese acercamiento, mejores personas. Así que gracias por habernos elegido para vuestra formación.

Nuestro instituto, desde sus orígenes, allá por los años 60 del pasado siglo, ha acogido a una gran diversidad de jóvenes, con distintos intereses, inquietudes, metas… Cada año acoge a un importante número de alumnos y alumnas que se forman en las distintas enseñanzas que se imparten en el centro, ya sea el Bachillerato y/o la Formación Profesional.

Junto al numeroso alumnado de Bachillerato (en las pruebas de acceso a la universidad de este año, una vez seguimos siendo el centro con más estudiantes alcalareños presentados, 145 del Monroy, de los 450 de Alcalá), también se gradúan como técnicos superiores el alumnado de 6 grupos de ciclos formativos de grado superior y como técnicos el alumnado de 2 grupos de ciclos de grado medio. ¡Enhorabuena!.

En palabras del atleta Millán Ludeña, “Los sueños más grandes no son los más fáciles, sino aquellos que nos transforman. Las personas crecemos solo cuando enfrentamos nuestros miedos”. «Somos el arquitecto de nuestras vidas» y también somos el albañil, porque el diseño más bello no sirve para nada si no lo hacemos realidad. Así que con vuestra formación contáis con lo necesario para construir vuestra propia realidad. Muchísimas cosas de las que queremos en la vida puede ser que no las tengamos porque puede ser que no lo hayamos intentado. No es vuestro caso, nos habéis demostrado que sí lo habéis intentado, y además, lo vais a seguir intentando, ya sea en el trabajo o en el estudio.

Para vuestra formación, hemos trabajado en equipo. Como ha manifestado el atleta keniano Eliud Kipchoge, «El 100 % de lo que puedo hacer no supera el 1 % de lo que puede hacer mi equipo». Nuestro equipo, el conjunto de profesores y profesoras, una parte aquí presentes, ha asumido la responsabilidad de conseguir de cada uno de vosotros y vosotras el desarrollo de todas vuestras potencialidades para la mejor formación, ya sea para la incorporación al mercado laboral, como para la continuidad de los
estudios que a partir de ahora decidáis. Gracias compañeros y compañeras por el buen trabajo realizado. Junto al equipo docente, el personal de administración y servicios, cuyo trabajo, en muchos casos poco visible, colabora en la prestación del servicio para el buen funcionamiento del centro.

De este equipo, además, la familia es un pilar fundamental, todos necesitamos nuestras bases, nuestro lugar seguro, que es con quien contamos siempre, con su respaldo, su apoyo y su cariño, compartiendo con ella incertidumbres, dudas, éxitos, y como no, la satisfacción por los objetivos cumplidos, la finalización de vuestros estudios en el instituto. Gracias, padres y madres por la confianza depositada para la formación de vuestros hijos e hijas.

El equipo Monroy tiene el cometido de crear las condiciones para que cada uno de sus miembros se supere a sí mismo. Y es a partir de ahora que cada uno de vosotros y vosotras va a tener que definir
qué quiere hacer: incorporarse al mundo laboral, continuar su formación en niveles superiores, en definitiva decidir y establecer sus propios límites y con ellos abrirse nuevas fronteras para vuestro
futuro.

El Monroy a partir de ahora, forma parte de vuestro pasado, en el que, como os decía al principio de mi intervención, nos habéis hecho, gracias a vuestro acercamiento, mejores personas y seguro que también vosotros y vosotras salís del Monroy siendo mejores personas, con éxito, pero un éxito que tiene más que ver con el esfuerzo, con lo que haces y cómo lo haces; en definitiva, más con el camino que con el resultado. Que el camino que habéis recorrido y el que os queda por recorrer vaya cargado de éxito, esfuerzo y bondad.

¡Enhorabuena!

Buenas tardes.

Nos reunimos, un año más, para asistir al ya, tradicional acto de Graduación de nuestros alumnos que finalizan etapa de Bachillerato y Ciclos del IES Cristóbal de Monroy.

Ante todo, quiero agradecer a todos los presentes su asistencia como alumnos, profesores, padres, familiares y demás afectos.

Este evento, ya tradicional en el devenir de nuestra comunidad educativa, tiene dos objetivos, a saber, uno, reconocer la consecución académica de los estudios de nuestros alumnos, y, dos, tener el último acto juntos como miembros del Monroy.

Este último objetivo me lleva a compartir con vosotros unas pequeñas reflexiones en torno al tiempo. No preocuparos, no vamos a hablar del tiempo histórico, pero sí de vuestro tiempo. 

La mayor parte de vosotros comenzasteis vuestra andadura con tan sólo 12 años en el Monroy; ese gran edificio en el que contrasta su viejo esplendor con su pujante juventud. Desde entonces y como en el primer día, hoy, se mezclan sentimientos parecidos a los que ahora os ocupan: temores, inseguridades, esperanzas, ilusiones, expectativas… 

Entonces, a los “maestros” no nos conocíais; éramos tan solo una parte más de un centro enorme y hostil, al que queríais llegar para poder crecer. Poco a poco, nos habéis puesto nombre, motes; nos distéis carácter y confianza; hemos andado a vuestro lado y, aunque a veces hayáis creído que os poníamos zancadillas, siempre hemos querido enseñaros el camino y prepararos para vuestra vida futura. Profesores-aprendices de don Quijote, del que hago mías las palabras dirigidas a Sancho: “Juntos salimos, juntos fuimos y juntos peregrinamos; […], si a tí te mantearon una vez, a mí me han molido ciento, y esto es lo que te llevo de ventaja’. Esa ventaja, es la que me hace pediros que debéis de seguir con vuestra formación, por los caminos que ahora, ya, vosotros decidiréis; formarse, pensar por uno mismo, ser crítico, constituyen en la actualidad un acto de rebeldía. Ya lo dijo Kant: “Sapere aude”; (traducción para los de ciencias: atrévete a conocer). Atreveos a conocer de forma seria y plena, cultivad la curiosidad, la sed de conocimiento, la creatividad, porque ello no sólo os llevará al tener (tener éxito profesional, prestigio, casas, coches, cachivaches, cosas…), sino a lo más importante, al ser; a ser joven sin pedir perdón, a ser elegante sin pedir permiso, a ser de pueblo sin ser cateto, a ser culto sin ser cursi, a ser bondadosos sin ser lelos. El ser os conducirá a distinguir lo importante de lo accesorio, lo real de lo imaginario, la verdad de la mentira, el amor de la pasión, la libertad de la servidumbre; sobre la misma nos dijo San Agustín en sus Sermones (344, 4) que, “la verdadera libertad no consiste en hacer lo que me dé la gana, sino hacer lo que debemos,  porque nos da la gana”. 

Tened en cuenta que el camino que habéis recorrido hasta aquí se llama pasado, pero como una experiencia de vida dentro de un contexto personal y unitario, que nos lleva a mirar hacia adelante, ya que vivir es proyectarse, consiguiendo un equilibrio entre deseos y realidad, donde nada ni nadie pueda cegar vuestros ojos, ni taponar vuestros oídos, ni sellar vuestros labios. Ya lo dijo Simone Weil, “la destrucción del pasado es quizá el mayor de todos los crímenes”. 

Cuando paséis por el tiempo, os daréis cuenta que el presente es donde vivimos, el pasado donde soñamos. He de deciros que toda nuestra vida es una prolongación de nuestra infancia y juventud, donde hay que cerrar las heridas que nos supusieron dolor, porque la felicidad consiste entre otras cosas, en tener buena salud y mala memoria. Sin embargo, no quisiera que convirtieseis vuestro paso por el Monroy en un paraíso perdido, ni en un lugar nostálgico al que regresamos mientras avanzamos en años; sino que sea siempre un edén vivido y aquel lugar donde mis sueños empezaron a hacerse realidad, donde aprendisteis el “carpe diem” que nos mostró Horacio: céntrate en el aquí y en el ahora, aprovecha este instante y vive el momento. Tened en cuenta que la vida se basa en cosas aparentemente innecesarias e inútiles, que juntas, dan sentido y belleza a nuestro mundo: el amor,  la familia, los libros, la música, el arte, las playas, los parques, un café con los amigos, el pan con aceite y jamón, las aficiones, y un sinfín de cosas imprescindibles para cada uno de nosotros, que nos conducen a afirmar que lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro; recordad, somos seres dependientes y narrativos, frutos de una identidad individual heredada, y  de una cultura y unas vivencias compartidas. Por ello, no os entristezcáis porque ya, el Monroy se acabó; sino alegraos porque ocurrió.

No quiero tampoco terminar este discurso, aunque no sea muy ortodoxo, sin expresaros una reflexión, creo que compartida por mis compañeros de claustro, en la que os doy las gracias a todos los que como alumnos me habéis padecido estos años desde la ESO hasta este último curso; gracias de verdad, porque ya formáis parte de mí, por todo lo que he aprendido de vosotros, y por permitidme ser vuestro profesor, o maestro, como casi todos decís, que es, sin duda, la vocación más importante y bonita del mundo.

Y recordad, para afrontar vuestro día a día, aquello que le decían a los viejos toreros:

Salud, fuerza y valor.

Muchas Gracias.

Equipo Periódico

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