A sus 26 años, Aurora Camacho Leal es un ejemplo de perseverancia y superación personal. Estudió el Bachillerato de Humanidades en la modalidad de adultos durante el curso 2024-2025 en nuestro centro. El pasado junio pronunció un emotivo discurso en el acto de graduación que conmovió a compañeros y profesores.
Tras superar circunstancias personales muy difíciles, Aurora decidió retomar sus estudios con una determinación admirable. Hoy cursa el Grado en Restauración y Conservación del Patrimonio en la Universidad de Sevilla y ha querido concedernos una entrevista compartiendo su experiencia para animar a quienes, como ella, deciden volver a estudiar siendo adultos.

Entrevista
—¿Qué te llevó a decidir retomar los estudios y matricularte en el Bachillerato de adultos?
Yo siempre había querido terminar los estudios, pero la situación en casa era muy difícil. Cuando mi madre se separó, su exmarido tenía una orden de alejamiento, pero seguía paseándose por el barrio y me daba miedo venir a clase. Mi madre estaba protegida por la ley, pero yo no, así que dejé los estudios durante un tiempo. Luego llegó el COVID, y nos mudamos a Barcelona, donde me planteé estudiar Bachillerato de Ciencias, pero no era lo mío. Cuando regresamos, decidí dar el paso de volver a estudiar, aunque mi salud mental no estaba bien. Estaba en casa por miedo a salir, pero cuanto más me quedaba, más miedo me daba. Era la pescadilla que se muerde la cola. Entonces decidí cortar de raíz y obligarme a completar los estudios de una vez por todas.
—¿Cómo recuerdas tu paso por el centro? ¿Qué fue lo que más te marcó de esa etapa?
Yo estudié aquí antes del Bachillerato de Adultos, pero fue una época complicada y no prestaba mucha atención. Cuando volví, lo que más me marcó fue conocer a la que hoy es mi mejor amiga, Nadia, y a los profesores del nocturno. Han sido muy pacientes y comprensivos; incluso me dejaron venir a primero como oyente.
—¿Cuáles fueron los mayores retos a los que te enfrentaste durante el bachillerato?
Mi mayor reto fue el miedo a no aprobar la selectividad. No tenía problemas con las asignaturas ni con los compañeros, pero me angustiaba no estar haciendo lo suficiente. Cuando supe que podía presentarme a las pruebas de mayores de 25 años fue un gran alivio.
—¿Tenías que compaginar el estudio con otras responsabilidades?
Sí. Mi madre tiene problemas de movilidad, así que debía ayudarla en casa y acompañarla al trabajo. Además, por mi tratamiento necesitaba dormir mucho, así que el tiempo para estudiar era limitado.
—¿Hubo algún profesor o profesora que te influyera especialmente?
Sí, tres profesores han sido fundamentales. Fernando Santos, que me dio Patrimonio de Andalucía en primero, despertó mi interés por el patrimonio y gracias a él hoy estudio Restauración. Y en el nocturno, Livia, de Historia; y Amelia, de Latín y Griego. Sus clases eran mis favoritas y siempre me motivaban a venir. A día de hoy son dos profesoras a las que quiero muchísimo.
—¿Qué consejo darías a quienes cursan el Bachillerato de adultos y sienten que no pueden con todo?
Que no falten a clase. A veces uno piensa que puede estudiar en casa, pero en clase el tiempo cunde mucho más. Yo intentaba dejar todas mis responsabilidades para el fin de semana y así no perder ninguna clase.
—¿Qué carrera estás estudiando actualmente y por qué la elegiste?
Estudio Restauración y Conservación del Patrimonio. Me gustan muchas cosas: los idiomas, las letras, las ciencias, las matemáticas… pero quería hacer algo relacionado con el arte. No me atraía crear arte, sino comprenderlo e intervenir en él. Dudaba entre Historia del Arte y Bellas Artes, hasta que descubrí Restauración: combina teoría y práctica, arte y ciencia. Llevo poco, pero estoy muy contenta.
—¿Crees que tu experiencia como estudiante adulta te ha dado una perspectiva diferente en la universidad?
Sí, totalmente. Veo a compañeros muy jóvenes que no son conscientes de la responsabilidad que implica estudiar en la universidad. Para ellos repetir no parece grave, pero para mí sí lo es: cuesta tiempo y dinero. Supongo que cuando suspendan algún parcial se darán cuenta de que hay que espabilar.
—¿Qué aprendiste de esa etapa más allá de los contenidos académicos?
He aprendido técnicas de estudio y, sobre todo, a conocerme. Siempre me ha costado concentrarme porque me interesan muchas cosas, pero en Bachillerato aprendí a organizarme y encontrar mi propio método. Aconsejo a los alumnos que experimenten, que busquen cómo estudian mejor y lo hablen con sus padres.
—¿Qué metas te gustaría alcanzar a partir de ahora?
A corto plazo, quiero terminar la carrera sin repetir asignaturas. Más adelante, me gustaría emigrar a China, donde hay más demanda de restauración textil, que es lo que quiero hacer. Allí los restauradores están muy valorados y me gustaría desarrollar mi carrera profesional.


