Según una leyenda japonesa conocida como Senbazuru, tu mayor deseo se hará realidad si construyes 1000 grullas de papel por el esfuerzo y la concentración que hacen falta para lograrlo.
Así fue como, una niña de 12 años, Sadako Sasaki, víctima y superviviente de la bomba atómica que cayó en Hiroshima al final de la segunda guerra mundial, decide hacer 1000 grullas de papiroflexia. Sadako no murió el día de la explosión de la bomba pero sí sufrió las horribles consecuencias que provoca la radiación atómica, enfermando de leucemia. Hospitalizada comienza a plegar 1000 grullas con el deseo de curarse de su terrible enfermedad. Sadako murió en 1955 con 644 grullas revoloteando a su alrededor.
La historia de Sadako dio la vuelta al mundo y las grullas de origami se convirtieron en símbolos de Paz y del rechazo a la guerra.
El alumnado del IES Cristóbal de Monroy ha querido expresar sus deseos de Paz recordando a Sadako y han conseguido llenar de grullas de colores el instituto.
