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Nuestra propia Jólabókaflóð

“El regalo de un libro, además de obsequio, es un delicado elogio».

 Anónimo. 

 

Ya se acerca… Se respira en el aire. La Navidad casi ha llegado. Desde hace semanas el aire huele a castañas asadas y la atmósfera navideña lo envuelve todo: las calles, los anuncios televisivos, las tiendas, las administraciones de lotería y nuestras propias casas. Por estas fechas la sociedad suele dividirse entre aquellos que  disfrutan rodeados de adornos navideños, villancicos, turrones, polvorones, les encanta salir de compras y disfrutan eligiendo regalos; y los que se sienten abrumados, casi agobiados por el intenso ambiente navideño, desearían que en un parpadeo fuera 7 de enero y que lwa supone un verdadero quebradero de cabeza, casi insoportable, tener que decidir qué regalos van a comprar. No es que sean el Grinch o el señor Ebenizer Scrooge, pero tampoco se sienten especialmente imbuidos por el espíritu navideño.

Probablemente, uno de los temas que más desazón nos provoca es qué podemos regalar. Entre los regalos más socorridos están, sin duda, los perfumes, la ropa o los libros. Cuando llega el momento de abrir los regalos nuestras expectativas pueden verse satisfechas o truncadas… Caras de ilusión —¡hemos acertado!— o de desilusión absoluta (previsión de que será devuelto tras largas horas de cola en enero). Para algunos, abrir su regalo y descubrir que tras el envoltorio hay un libro es algo similar a la decepción de encontrar el clásico detallito de unos calcetines: insulso y aburrido. Para otros, sin embargo, la felicidad es absoluta. A estos últimos les diría: “Jólabókaflóð”. No, no es un insulto. Todo lo contrario. Esta palabra casi impronunciable esconde una curiosa historia y tiene un bello significado: “Jól” significa “Navidad”, “Bók” “libro” y “Flód” “inundación”, es decir,avalancha de libros por Navidad”. Se trata de una hermosa tradición literaria islandesa que se remonta a la Segunda Guerra Mundial, momento de escasez debido a que los artículos que se podían importar a la isla sufrieron restricciones. El papel fue uno de los que tuvo menos limitaciones, y así los libros se convirtieron en el mejor regalo en Navidad. Esta costumbre fue echando raíces entre la población y con los años se ha convertido en una preciosa tradición. Los jólasveinarnir, encargados de dejar los obsequios navideños, inundan de libros los hogares islandeses. Regalar, recibir y compartir la lectura durante la Nochebuena y el día de Navidad es para ellos el plan familiar ideal. Durante el mes de noviembre, la Asociación de Editores Islandeses reparte gratuitamente en los buzones el Bókatídindi, es decir, un catálogo que recoge las nuevas publicaciones y novedades para facilitar la búsqueda del mejor regalo, del libro perfecto. Libros y lectura se convierten en los protagonistas de las reuniones familiares.

Si en estos días no tenemos previsto viajar al país nórdico para disfrutar de esta bella tradición, el Equipo de Biblioteca anima a crear nuestra propia “Jólabókaflóð”: regalemos libros, leámoslos en familia y compartamos hermosas historias literarias. Tras la cena y los villancicos, podríamos convertirla en una tradición familiar navideña, única y especial.  

Para saber más sobre esta tradición, así como algunas propuestas de libros que podrían convertirse en un estupendo regalo navideño, os invitamos a entrar en nuestro periódico:

https://www.iescristobaldemonroy.es/periodico/que-es-jolabokaflod/

Elena Pérez Ornia – Coordinadora de la Biblioteca.