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Homenaje a Carmen Troncoso

El pasado 14 de diciembre tuvo lugar en el salón de actos del Cristóbal de Monroy un acto de homenaje a la que fuera profesora del centro Carmen Troncoso de Arce.

El acto se desarrolló entre la lectura de varias semblanzas de su figura, una serie de piezas breves de obras relevantes en su trayectoria como actriz y directora, y se cerró con la intervención de la responsable municipal de Juventud, Rosa Carro.

Es verdad que la actividad teatral y cultural de Alcalá de Guadaíra en los años 80 no se puede entender sin la personalidad de Carmen Troncoso. Ya fuera colaborando con Alfonso Jiménez Romero en la dirección de La Oruga Parlanchina, su papel en Andalucía en el amor, Sol y Sombra, el Parlamento de los Animales… creando Aula de Teatro o colocando los cimientos de Titirimundi… Y aunque más probablemente la importancia de Carmen deba medirse también por la vocación teatral que sembró en varias generaciones de teatreros, sería injusto no destacar su papel como profesora de Lengua y Literatura. En este sentido, su pasión por el conocimiento y las artes sembró de inquietudes y avivó la voluntad de saber de varias generaciones de bachilleres de
nuestro pueblo.

El acto sirvió, por lo demás, para que la directora del instituto, María Quirós, diera cuenta de la donación, por parte de Jesús Casado, de varios carteles de Taller de Teatro, que, desde ese día, se exponen en el hall del salón de actos. Un espacio que se engalana así, pero de igual modo se convierte en lugar de memoria. Es preciso advertir que Taller de Teatro llegó a alcanzar unas cotas muy significativas en el panorama teatral andaluz. Así, por ejemplo, uno de ellos recuerda una de las numerosas ocasiones que el grupo creado por Paco Arroyo durante el curso 1975-76 actuó en el
Lope de Vega de Sevilla. Cosechando, por lo demás, excelentes críticas y así, de hecho, lo prueba el que fuera seleccionado por la recién creada Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en 1979 para la experiencia-piloto de teatro itinerante por la región andaluza. O que, por ejemplo, representara a Andalucía en el Festival de Teatro de las Nacionalidades celebrado en Guipúzcoa ese mismo año.

Es obvio pero necesario recordar que el teatro del Cristóbal de Monroy fue el armazón sobre el cual se afianzó el amor al arte y a la libertad de varias generaciones de alcalareños durante el tardofranquismo y la Transición. Casi todo lo que fue importante a nivel cultural en Alcalá, durante las décadas de los 70 y los 80 del pasado siglo, pasó por el teatro y en el instituto. Cumpliendo así el papel imprescindible que los centros educativos hubieran de tener como espacios para la difusión y democratización del acceso a la cultura. Con razón se ha dicho que «hay épocas que
son más para recordar que para sentir nostalgia«. Preciso es no olvidarlo, nos va en ello la alegría de vivir.

Por Vicente Pérez Guerrero – Profesor del Departamento de Geografía e Historia.