Reseña del alumno Samuel Sánchez Álvarez

Libro cuyo autor no conozco lo suficiente, pues lamentablemente no he tenido la oportunidad de impregnar mi cerebro con sus ideas y pensamientos en su totalidad. En menos de un año no es posible hablar, por ejemplo, de «¿Por qué el pop es mejor que el country?». Tuve que dejar estos desvaríos atrás al leer el libro que ha terminado con el nihilismo que ocupaba mi corazón; el sentido de todo acaba siendo la felicidad, y aquel que es más auténtico disfruta más momentos. Gracias a este libro, he podido contemplar la vida en su desnudez más pura y, a mi corta edad, agradezco que esta experiencia haya llegado como un viento nuevo para ajustar los engranajes de las ideas que tengo por desarrollar. Al final, te das cuenta de que solo eres un reflejo, pues los individuos difieren en pequeños detalles, pero la vida nos trata a todos por igual. Ojalá poder repetir con otra obra del mismo autor; es una idea revolucionaria que puede dejar una marca indeleble en los lectores que no saben en qué se están adentrando.

Aprovechando el tirón de inspiración que me ha dado la lectura, he creado un pequeño poema a propósito de la verdadera felicidad.

Título: «Sin ranas en el agua»

Amor, danzas en la plenitud del jardín,

Eres como un río que fluye con ternura,

Tu abrazo suave, una dulce calma sin fin,

Enredado en tus brazos, el mundo se cura.

Eres como el sol, que ilumina mi camino,

Derramando luz sobre mi oscura existencia,

Elevas mi espíritu, me haces sentir divino,

En tus ojos, encuentro la más pura esencia.

Amor, como un verso que se entrelaza en la piel,

Despiertas pasiones, desbordas emociones,

Tu poder transforma lo que era banal y cruel,

En un universo de sinceras devociones.

Eres el sueño que anhela el corazón,

La melodía que embriaga el alma en su danza,

En tus brazos encuentro mi plena redención,

El amor, eterna promesa, dulce esperanza.

Así como el pregonero desconocido me cautivó,

Tu amor, misterio insondable, me has cautivado,

En cada página de vida que juntos hemos escrito,

Nuestro amor florece, eterno y desatado.