El final del primer trimestre terminó con un anticipo de las fiestas navideñas mediante la participación del alumnado de 1º y 2º ESO en la Segunda Edición del Concurso de Relatos Navideños organizado por el Equipo de Biblioteca.
Los ganadores han sido dos cuentos que además de cumplir con el requisito de incluir “cinco palabras mágicas” (biblioteca, regalo, estrella, dorado e ilusión), transmiten hermosos mensajes y muestran la creatividad y potencial de estos jovencísimos narradores de historias.
Felicidades a los premiados:
- Esperanza López Campos, alumna de 2º ESO (primer premio)
- Nicolás Moreno Portillo, alumno de 1º ESO (segundo premio)
Junto a la entrega de un pequeño detalle como regalo y de un diploma que les acredita como ganadores, el premio incluía la publicación de sus relatos en el periódico de nuestro instituto para darles la difusión que merecen. A continuación pueden disfrutar de ellos.
El Equipo de Biblioteca os felicita por vuestro estupendo trabajo y os anima a seguir leyendo y escribiendo.

Y recordad las palabras de la escritora británica Virginia Woolf:
“Como nadie puede decirme si la escritura es mala o buena, el único valor seguro es el propio placer. Estoy segura de eso”.
Relato ganador del primer premio. Autora: Esperanza López Campos – 2º ESO

LA BIBLIOTECA DE LA ILUSIÓN: UNA ESTRELLA, UN REGALO Y UNA DORADA EMOCIÓN
Prólogo
Había, hace algún tiempo, más allá donde la vista puede alcanzar y donde la razón puede llegar, una pequeña aldea con una extraña biblioteca. Y no digo extraña por decir, aquella biblioteca no era como las demás, ya que cualquiera que entrara en ella por primera vez, se llevaría un libro y solo uno, que regalaría por Navidad y que haría de la Navidad de esa persona la más maravillosa y especial de su vida.
Había por aquellos días, una niña en la aldea que acababa de cumplir los trece años y ya había empezado a descubrir que la vida no es sólo magia, aquella niña había empezado a perder la ilusión de una niña pequeña, y su abuela se había dado cuenta de ello, por lo que había decidido tomar cartas en el asunto y estaba decidida a hacer de aquella navidad, la más mágica de la vida de su nieta, aunque claro ella aún no lo sabía…
Capítulo 1:
Lola vivía en una pequeña casa, con su padre, su madre y su abuela Marta. Acababa de comenzar segundo de ESO y ya estaba harta, que si exámenes, que si deberes, que si asignaturas nuevas, y la lista no hacía más que seguir y seguir y seguir… Su abuela no sabía más que decirle que jugara y que disfrutara de la vida, -Que disfrute de la vida, otra cosa que añadir a la lista interminable…- pensaba Lola. Y es que la pequeña Lola ya no era tan pequeña y su vida empezaba a ser una montaña rusa, que lejos quedaban los años de largas tardes de lectura en su cuarto, con música, calentita. Por aquellas fechas solía haber sido lo único de lo que se preocupaba, pero ahora ya ni siquiera se acordaba de la última vez que había cogido un libro.
Su abuela estaba cada día más preocupada por Lola, recordaba las largas tardes en las que comentaba libros con su nieta. Cada noche miraba al cielo con ilusión y pedía a las estrellas que le diera una señal sobre que hacer con su nieta. En esto estaba una noche, cuando vió que una estrella brillaba más que las demás, sin pensarlo un momento se colocó el bolso y salió de casa sin hacer ruido para no despertar a su nieta. No sabía qué habría allá donde se hallaba aquella estrella, pero había algo allí que la llamaba, quizás fuera la señal que había pedido, no sabía si habría peligro, pero quizás fuera la última esperanza que le quedaba para devolver la ilusión a su nieta. Así con una gran esperanza en su corazón y con gran decisión se encaminó hacia aquella estrella.
Capítulo 2
Marta calculó que habría andado un par de kilómetros, cuando de pronto tropezó con algo.
-¿Un libro?-pensó Marta. Había en el suelo un libro de antiquísima apariencia. ‘’El mago de Oz’’ se leía en la portada. Marta conocía bien aquella historia, ¡cuántas miles de veces había leído aquella historia junto a su nieta!, y ahora ni siquiera recordaba cuando lo habían leído juntas por última vez. Marta derramó una lágrima, que nada más tocar el suelo se convirtieron en un extenso camino de baldosas amarillas, ella lo miró desconcertada, ¿que acababa de ocurrir?, fuera lo que fuese lo ocurrido, ahora tenía una guía para llegar a la estrella y parecía que cada vez la estrella estaba más cerca. Apartó lo ocurrido de su cabeza, afirmándose a sí misma que aquello había sido un episodio aislado y siguió su camino.
Capítulo 3
Horas más tardes Marta se encontró frente a un río cuyo puente estaba roto y colgando del otro lado. La mujer pensaba que ya no podría cruzar, cuando de pronto un libro cayó del cielo’’ El señor de los anillos’’, Marta recordaba bien aquel libro, cuando Lola creció la mujer le regaló aquel libro, a la niña siempre le había emocionado mucho la parte en la que la Compañía del Anillo debe cruzar el puente de Khazad-dûm en las minas de Moria. Este puente estrecho y traicionero es el único camino para cruzar el vasto abismo y escapar del temible Balrog que los persigue. Gandalf se enfrenta al Balrog en el puente, sacrificándose para permitir que el resto de la Compañía escape.
Una gran sonrisa ocupó el rostro de la anciana al recordar a su nieta, después súbitamente un puente apareció sobre el río, y no un puente cualquiera, era el puente del libro, había vuelto a pasar, la magia parecía tomar fuerza en aquel extraño lugar y parecía que estaba de su parte. Con una gran esperanza en su corazón siguió el camino hacia la estrella.
Capítulo 4
Allí estaba, la estrella que había estado persiguiendo durante ya no sabía ni cuanto tiempo, pero por fin a los tímidos primeros rayos del sol en el amanecer, había llegado, ya solo le quedaba rodear unos cuantos árboles y…
-¿¡Cómo puede ser posible!?- Gritó entonces Marta, al encontrarse de frente con una vieja caja de cartón. -Todo el viaje para esto- suspiró desilusionada, se acercó a la caja y vio una inscripción en la caja.’’Si la ilusión aún conservas, sin problemas entrarás, si no aquí te quedarás’’.Curiosa abrió la caja, al primer rayo de luz en la caja una extensa niebla la envolvió y de pronto se encontró en una extraña biblioteca.
La biblioteca de la ilusión era una extensa sala llena de libros, en cuyo centro se hallaba una vitrina en la que había un gran libro, ‘’Reglas de oro’’ figuraba en su título. Marta leía las normas sin sorpresa alguna hasta llegar a la última, en la que se leía ‘’En la primera visita, cada visitante elegirá un libro, que regalará por navidad, la navidad de esa persona será mágica’’. A Marta se le iluminó el espíritu, y siguiendo a su corazón se encaminó entre los pasillos de la biblioteca, de pronto se detuvo ante un libro, ‘Una dorada emoción’ se leía en la portada. Marta abrió el libro y comenzó a leer…
Capítulo 5
El reloj de la biblioteca anunció las cinco de la tarde cuando Marta había terminado de leer, el libro contaba su viaje, todo su viaje como si fuera un cuento. Sin pensarlo y percatándose de la hora la anciana se dispuso a encaminarse de vuelta a casa.
Para cuando llegó a casa eran las diez de la noche y su nieta se encontraba abriendo sus regalos de navidad, la chica justo acababa de desenvolver su último regalo, cuando su abuela se acercó a ella -Aún te queda un último regalo- le dijo Marta, después, le tendió a Lola el libro.
La chica lo cogió seria, y luego sin mediar palabra se dirigió a su habitación. Marta se sentó en el sofá desilusionada, todo el viaje no había servido de nada, su nieta había crecido y quizás debería empezar a asumir que la magia no volvería a ella…Abuela -La llamó Lola-
¿Lo leemos juntas?- le preguntó tendiendole el libro. Pues claro que sí cariño-Le contestó su abuela-. Entonces entendió la inscripción de la biblioteca, ‘’será mágica la Navidad de esa persona’’, claro, no se refería a la navidad de su nieta, sino a la suya propia. Marta sonrió, y acurrucada en el sofá con una manta y junto a su nieta, sintiéndose la persona más afortunada del mundo, comenzó a leer.
Relato ganador del segundo premio. Autor: Nicolás Moreno Portillo – 1º ESO

UNA NAVIDAD DE CUENTO
Hola, soy un niño normal y tengo 12 años. Este año la Navidad ha sido diferente, como mágica. Todo empezó una semana antes de Nochebuena, cuando mamá me pidió que la acompañara a la biblioteca del barrio para devolver unos libros. A mí no es que me gustaran mucho los libros, pero me gustaba ir allí porque era el mejor momento para estar con mamá.
La biblioteca estaba decorada de Navidad. Habían puesto una estrella dorada gigante en el techo, justo encima de una mesa llena de cuentos navideños. Me acerqué a la mesa, uno me llamó la atención, era pequeño, de tapa roja y con letras doradas, que decían: “Los deseos de Navidad”.
Mamá se acercó y me preguntó si me gustaba. Después me dijo que contaba la historia de cómo un niño cumplió su mayor deseo con ayuda de un poco de ilusión y algo más. Y a continuación me dijo que si quería podía llevármelo a casa.
No lo pensé dos veces. Mientras mamá está mirando otros libros, yo empecé a leer las primeras páginas. El cuento era sobre un niño que deseaba un regalo muy especial para su familia, pero no sabía cómo conseguirlo. Así que decidí llevármelo para terminarlo de leer en casa.
Esa noche me leí el libro entero. La historia me encantó porque no era sólo sobre regalos materiales, hablaba de lo importante que era tener ilusión en el corazón. Cuando terminé de leerlo, me quedé pensando ¿Cómo podía yo regalarle algo especial a mi familia?
Mi casa no era especialmente grande y papá ya me había dicho que este año no había mucho dinero para hacer regalos caros. Pero en el libro decían que a veces lo más sencillo era lo más valioso. Entonces se me ocurrió una idea: haría un regalo para todos, algo que se pudiera compartir.
Al día siguiente, me fui al parque Oromana y me puse a buscar ramitas, hojas y piedras para hacer algún adorno con aquello, y logré formar un pequeño árbol de navidad. Lo decoré con lazos que encontré por casa y una estrella dorada de papel que hice yo mismo.
La noche de Navidad llegó. Mi árbol pequeño estaba en el centro de la mesa, mamá y papá me miraban con un brillo en los ojos especial. Les dije que quería hacerles un regalo bonito, y aunque no tenía mucho dinero, quería darles algo que no se pudiera comprar en una tienda.
Esa noche antes de dormir, me quedé mirando por la ventana. El cielo estaba lleno de estrellas, y una de ellas brillaba más que las demás. No sé si me lo imaginé, pero parecía que me estaba diciendo que había hecho algo bien.
Desde entonces, la Navidad tiene un significado diferente para mí. No se trata de lo que recibes, sino de lo que das con cariño. Y este año, el regalo más importante no fue un objeto caro, sino la ilusión de ver a mi familia feliz.
Tal vez mamá y papá tengan razón, a veces todo empieza con un poco de magia y un libro de la Biblioteca.