Llega octubre y todo empieza a colorearse de naranja, negro y morado. Las cafeterías decoran sus locales con falsas telarañas, cuelgan muñecas de brujas de sus techos y ofrecen menús terroríficos con sangre falsa a base de sirope de fresa. Los gimnasios ofrecen clases especiales de Zumba-zombie. En los centros escolares se organizan fiestas de disfraces, o escape rooms de miedo. Los cines ofrecen más películas de terror que de costumbre. Los supermercados venden calabazas para crear linternas y un gran surtido de chocolatinas escalofriantes para repartir en el ‘truco o trato’. Como cantaban en la famosa película de Tim Burton, “esto es Halloween”. Y ha venido para quedarse.

¿Cuáles son, sin embargo, los orígenes de esta fiesta hoy en día internacional? Lo cierto es que Halloween es una de las fiestas más antiguas del mundo, aunque no siempre se ha celebrado de la misma forma ni ha tenido el mismo nombre. Existen registros de una festividad celta llamada Samhain de al menos 3000 años de antigüedad celebrada el 1 de noviembre. Coincidiendo con el fin de la recolecta, esta fiesta marcaba en realidad el fin de año en su calendario. Los celtas despedían al dios sol y daban la bienvenida a los oscuros días de invierno. Se creía que durante la víspera de Samhain, la noche del 31 de octubre, los espíritus y las criaturas fantásticas (demonios, brujas, hadas…) entraban en el mundo de los vivos y se paseaban a sus anchas. De ahí que sigamos asociando esta fiesta con monstruos y fantasmas. De hecho, hay estudios que aseguran que ya en aquella época los celtas confeccionaban disfraces para confundir a los espíritus y demás criaturas y evitar que les hicieran daño. Además, muchos de ellos dejaban en la entrada ofrendas para los fantasmas, normalmente comida, para que no entraran en sus casas. Hoy en día, muchos niños (y no tan niños) continúan disfrazándose y dando ofrendas en forma de caramelos a los monstruos enmascarados que llaman a sus puertas.

Recreación de los antiguos ritos de Samhain

Si Halloween tiene su origen en Samhain, ¿por qué diantres se llama ‘Halloween’? Pues bien, cuando las islas británicas cayeron en manos del Imperio Romano, fueron cristianizadas y las fiestas tradicionales celtas (consideradas paganas) se mezclaron con nuevas fiestas religiosas del cristianismo. Como bien sabemos, el 1 de noviembre la cristiandad celebra el Día de Todos los Santos, un día en el que se recuerda a los mártires del cristianismo. Samhain desapareció, pero los descendientes de los celtas en Irlanda siguieron celebrando la víspera de este día de la misma forma, sólo que comenzaron a llamarlo All Hallows’ Eve (Víspera de Todos los Santos), que con el tiempo evolucionó a Halloween.

Muchos os preguntaréis cómo ha conseguido una fiesta irlandesa de origen celta volverse tan popular en todo el mundo. Estados Unidos tuvo mucho que ver en ese asunto. A finales del siglo XIX, una oleada de irlandeses emigró a Estados Unidos debido a una terrible hambruna (la llamada Potato Famine) que los dejó sumidos en la pobreza. Con ellos, llevaron muchas de sus costumbres, incluidas sus tradiciones de Halloween. Poco a poco, la fiesta se fue haciendo popular por todo el país, no sólo entre las comunidades irlandesas. Minnesota celebró su primer desfile oficial de Halloween en 1920 y a partir de ahí se fue extendiendo por todo el territorio americano. Los estadounidenses pronto hicieron esta fiesta suya y en los años 80 comenzó a popularizarse por el resto del mundo occidental gracias a la gran influencia mediática que tenía (y sigue teniendo) el país de los cincuenta estados.

Grupo disfrazado en Estados Unidos en los años 20

Hoy en día Halloween no es solo una celebración cultural, sino también un gran negocio. Se estima que el año pasado, el estadounidense medio gastó 87 dólares sólo en golosinas, unos 25 dólares en un disfraz y otros 20 dólares en decoración. También sirve como un gran atractivo de merchandising para las empresas. Muchos negocios aprovechan Halloween para atraer clientes ofreciendo productos especiales en el mes de octubre, y los bares y discotecas no dudan en hacer fiestas tematizadas con precios más elevados de lo normal. Hace 3000 años, en Halloween, los antiguos celtas celebraban el final de la cosecha. Ahora, cada octubre, los negocios se frotan las manos ante el comienzo de la suya.