No es una sorpresa para nadie las dificultades continuas con las que nos topamos en Lengua Castellana y Literatura para la correcta selección de una lectura: seleccionar una obra del canon literario o una obra juvenil; qué obra gustará a Pepito y cuál a Menganita; cómo atiendo a la diversidad del aula; cómo relacionar la lectura con el resto del currículo para no generar confusión en el alumnado; cómo realizamos la lectura si no disponemos de suficientes ejemplares y no queremos usar los dispositivos móviles; entre otras mil o dos mil cuestiones. 

El pasado trimestre, que recientemente cerramos, llegamos al consenso departamental de trabajar el género dramático. De esta forma, en ese intento de satisfacer las múltiples demandas que circundan el proceso lector, se ofreció al alumnado un listado de opciones dramáticas para trabajar en clase, siempre con el objetivo final de la representación en el aula. Entre todas, la votación no admitió confusión en los grupos en los que se realizó, saliendo vencedora la obra Bajarse al moro de José Luis Alonso de Santos. En un principio, la selección de la misma pudiera generar dudas: ¿es adecuado el contenido para el alumnado de 4ESO? No obstante, todas se disiparon desde el primer día de lectura, puesto que los alumnos/as la recibieron con los brazos abiertos, disociando la obligatoriedad académica al acto lector e interpretativo. Entendemos que este elemento constituye el eje esencial del proceso de enseñanza-aprendizaje: la inclusión de los saberes en el día a día del discente, convirtiendo a este en un alumno competente. No podemos olvidar que nuestros adolescentes viven rodeados de elementos que tienen a romantizar la delincuencia vinculada al narcotráfico: canciones de JC Reyes, Rosalía, Judeline; películas como El niño; cuentas en redes sociales con millones de seguidores, etc. Por ello, entendemos que es crucial abordar temas como la marginalidad, sus causas y sus consecuencias a través de una obra literaria del calado de la seleccionada. 

Así, podemos concluir que la experiencia ha sido todo un éxito, ya que el alumnado se ha mostrado día tras día motivado con la lectura dramatizada de la obra. Asimismo, la práctica totalidad se han implicado de forma superlativa en la dramatización del texto. En tanto, no queda más que concluir que, en ocasiones, la mejor manera de acercarles la asignatura es bajarse al barro.